sábado, 1 de marzo de 2008

Mario del Monaco.- Nessun Dorma



A veces el mundo me zarandea y me obliga a abrir los ojos de par en par.

Hoy quedé con Leticia para ver algunos videos de denuncia social en el CCCB [me pregunto si servirá de algo que unos niños bien italianos vuelen a República Dominicana para cocinar lasaña y servirla a unos pobres niños, famélicos, desesperados, lo graben y así luego poder salir de gira por los museos del mundo con todos los gastos pagados]

Paseamos por el Raval comentando los videos. Yo tenía que pasar al cajero automático, pero está cerrado por precaución que alguien pueda dormir en ese espacio. Al final de la calle hay otro, éste está ocupado. No se trata de gente que necesite efectivo un viernes por la noche, son una pareja de jóvenes, tal vez tuvieran mi edad, que, tendidos en el suelo entre cajas de cartón, fuman heroina.

Me piden una moneda. No llevo y si llevara no les daría. No quiero que la gasten en droga. De nada serviría darles dinero, de nada les servirá no darles nada. A los dos minutos -la gente frente a mí tardan mucho-, me vuelven a pedir. En la cola, tras de mí, un hombre escucha ópera. Sube el volumen del reproductor. Nessun Dorma. Me estremezco. Nadie duerme, nada puede hacerse, no puedo ayudar, ni luchar contra la falta de esperanza de esos jóvenes. Nessun dorma, entre nubes opiáceas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el mundo te zarandea y abres los ojos... y ahora qué?
aún así el mundo sigue siendo un misterio y aún asi hay que decidir
quizá no se pueda hacer nada por ellos... pero quizá algo más quede por hacerse... o quién sabe, tal vez sí

mientras tanto el mundo no deja de zarandear

un abrazo