viernes, 14 de marzo de 2008
Annie Lennox.- Everytime We Say Goodbye
Segundas partes nunca fueron buenas. No sufras, no la he vuelto a ver pero casi. Ha empezado la segunda parte de mi particular ascensión al monte calvario. Los trámites para el divorcio han empezado. Llamadas, miedos, abogados, dinero, amores, pisos... todo en forma de un gran circo en el que parece que todo el mundo debe ser hostil y desagradable.
Y yo estoy triste. Yo estoy muy triste. Estoy tan triste como el primer día. Tecleando este dolor para que tú sepas. Describiendo la amargura para no decirle a ella. Hundiéndome en el abismo para buscar el tapón de esta tragadera y dejar ir este mar de lágrimas. Porque yo lo que quisiera es escribirle y decirle que no hay porqué pasar por todo esto, que aquí está mi hombro si necesita llorar, que quedemos para tomar un café, abrazarnos y, así, saber que está un poco mejor, que no soy la causa de su tristeza, que no hay nada que no se pueda arreglar con un abrazo y buena voluntad y decirle que la extraño cada día y que quiero seguir formando parte de su vida.
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