jueves, 3 de enero de 2008

Nick Cave.- Rainy Night in Soho



En los dos días que llevamos de año, he enviado ya 21 curriculums. Por el momento, sólo he recibido un mail de esos de corta y pega que dice que en este momento no buscan a nadie pero, si nos lo permite, guardaremos su curriculum y bla bla bla. Ya sé como funciona esto de la búsqueda activa de trabajo [de hecho, empiezo a considerarme un experto: nada más fácil que buscar trabajo, nada más difícil que encontrarlo]. Así que no me agobio mucho.

Pero ayer, cuando entré en la carpeta "enviados" del Thunderbird [apoyemos el software libre!] y vi la cantidad de trabajo hecha decidí darme un premio, porque además, ayer también acabé un ejercicio de AutoCad de esos que parecen tan sencillos y estuve hablando con [mi hijo]. En fin, que empecé a pensar cómo premiar mi día y se me ocurrió que, antes que nada, necesitaba pan para cenar.

Me calcé las botas y bajé. Llovía, pero tenía mi gorra. Caminé hacia la panadería pero ya estaba cerrada. Encendí el Ipod, sonó José González, y supe qué premio quería: Me fui a caminar, bajo la lluvia, perdiéndome por las callejuelas del Barrio Gótico, pasé por los porches de Siete puertas, la Barceloneta, el mar y la playa hasta la Vila Olímpica, Poble Nou, el Teatre Nacional, la ciudad desierta relucía bajo las farolas y no había prisa por llegar.

Ya nada importaba, ni el cansancio, ni dónde estará mi ex, ni con quién pasaré la Noche de Reyes. La ciudad, la lluvia y mi respiración (y un techo y una manta al final del paseo). Nada más era necesario y sentí que realmente, una nueva vida empezaba en este nuevo año.

Llevaba la cámara de fotos

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