domingo, 11 de noviembre de 2007
Andrew Bird.- Sovay
Ayer fue un buen día. El desayuno con Laia acabó convirtiéndose en una comida maravillosa [qué bó et va sortir el peix, nena!] con su hermana. Risas y siesta en el sofá. Más tarde, con Gilles y Jimena descubrimos que el buen gusto francés no nació en los años 80... en fin, que en todas partes cuecen habas y que la Republique Française podrá ser muchas cosas, pero hortera también.
Cumpleaños de Jordi a las 8.30. Pan con tomate, familia, risas y musiquita buena. Y sobre todo, bajar a casa con mis padres. Los primeros veinte minutos en muchos meses que no nos levantamos la voz, que nos respetamos mutuamente... Salí del coche y no pude evitar un par de lágrimas. Se han convertido en compañeras de muchas noches últimamente: Nostalgia de noches pasadas, de otros días buenos que ella se perderá.
Pero en esta carpa del circo no podía ser de otra forma y cuando ya estaba camino de la cama, pijama y dientes limpios, aparece Gabriela por la ventana y me ofrece una copa. ¿Cómo negarse?
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2 comentarios:
Merci altre cop per venir!
me n'alegro de llegir lo dels teus pares!
una abraçada vic!
Sí, jo també. Queda molta feina per fer, però sembla que hem posat fil a l'agulla.
Molt xula la festa. Petitona i molt agradable. M'ho vaig passar molt bé.
Una abraçada, cousin!
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